El 14 de octubre se abrirá la ronda de inversión de NahiArte by FormArte. Un proyecto que busca que las personas con discapacidad psíquica y/o intelectual desplieguen toda su potencia creadora, ayudándolos a encontrar una salida laboral y fomentando su integración social. Que “la creatividad es el poder de conectar lo aparentemente desconectado” según William Plomer es cierto, pero son pocos los organismos en Bizkaia que hacen algo por ayudar a que personas con discapacidad conecten con esa creatividad internamente como lo hace FormArte. ¿Es que acaso la discapacidad y la creatividad son conceptos poco compatibles? En absoluto.
¿Qué es la creatividad?
Existen muchos tabúes a la hora de hablar sobre creatividad. En general la sociedad asociamos este concepto a los artistas: músicos, diseñadores, pintores… dando por hecho que solo las personas dedicadas a estas disciplinas artísticas son personas creativas.
Sin embargo, olvidamos que la imaginación y la creatividad son el motor del mundo desde el origen en cualquier disciplina. Todo nace por buscar una solución a un problema y después surge una idea que lo responde. Ya sea en una tarea cotidiana o en una gran gesta, el pensamiento crea algo nuevo basado en sus conocimientos previos y ahí mismo se origina un proceso creativo. Es cierto que la creatividad no solo se origina al querer resolver problemas, sino que también nace del deseo de querer comunicar algo. Nuestro intelecto busca cómo transmitir el mensaje y si, sea de la forma que sea (a través del lenguaje oral, escrito, pictórico, musical…) logramos emitirlo, nuestro cerebro ya está originando un proceso creativo.
Además, cuando creamos, al activarse hormonas como la oxitocina o la betaendorfina, nos convertimos en personas más inteligentes, lo que desemboca en ser más capaces, pro-activos, más abiertos y, en conclusión, más felices.
La creatividad en personas con discapacidad
La persona con algún tipo de discapacidad, se encuentra en muchas ocasiones privada de realizar actividades como el arte y la cultura. Sin embargo, el atractivo de las manifestaciones artísticas, además de crear interés, es un mundo que les ayuda a enriquecerse como personas y a ampliar sus perspectivas.
A aquellas personas que les resulta difícil transmitir sus ideas y sentimientos, las actividades artísticas son el mecanismo idóneo para ello. El arte satisface el impulso creativo presente en todas las personas y, en las personas con discapacidad es precisamente donde más sirve como motor para desarrollar y comunicar lo que tienen en su interior.
Para ello, es vital crear atmósferas y entornos de inclusión, de modo que, en ese contexto, las personas discapacitadas con disposición a un proceso creativo y con acompañamiento, puedan encontrar la forma de desarrollar ese talento de forma autónoma. Con ello, son muchos los efectos que produce el lograr resultados a través de la creatividad:
- Generan una mayor autoestima. Gracias a la aceptación y a sentirse integrado se pierde el miedo al rechazo y se llega a olvidar de las propias limitaciones autoimpuestas o impuestas desde el exterior.
- Mejora su forma de expresar ideas, emociones, sentimientos y ayuda a fomentar sus relaciones sociales.
- Fortalece su personalidad creando patrones adecuados de conducta gracias al desarrollo de la disciplina que está aprendiendo y a la convivencia, ya sea con compañeros, profesores, tutores…
- Ayuda a descubrir nuevas cualidades sociales. Al favorecer la creatividad los anteriores aspectos, genera un desarrollo de una mayor independencia y autoconfianza.
En definitiva, las personas con discapacidad pueden encontrar en las disciplinas artísticas y creativas un mecanismo de progreso personal y de desarrollo de su capacidad innata. Solo necesitamos crear ambientes y atmósferas de inclusión social donde se encuentren cómodos, seguros y aprendan conocimientos que impulsen su creatividad.
Como dijo Albert Einstein, “la creatividad es la inteligencia divirtiéndose”. Así que fomentemos la diversión y estaremos fomentando la inteligencia.